En oriente, jardines enteros se modelan como bonsáis. No se trata de miniaturizarlos sino, de coexpresar con la naturaleza que formamos parte de ella y que no estamos por separados.
La práctica del Arte de bonsái nos permite tener mayor capacidad de concentración, nos permite desconectarnos de la rutina y el estrés diario, aprender de nuestra madre naturaleza y que ella reciba de nosotros los cuidados y protección que se merece.
Vivimos en un mundo que cada vez es más de plástico y cemento. Nuestros espacios vitales se reducen de forma considerable. En este caso, el bonsái nos permite estar en continuo contacto con la naturaleza.


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